jueves, 5 de julio de 2018
¡HOLA! SOY JONY
Jony tiene diaparesia espástica, un tipo de parálisis
cerebral que le afectó al sistema locomotor, tanto a piernas como a brazos.
Quedamos en el intercambiador de Moncloa. Roberto se había
citado con él allí. Había hablado con él cuando Carlos se lo presentó. Jony
había decidido que quería federarse en atletismo y su objetivo era competir.
Reconozco que no estoy habituado a tratar con personas de
este tipo. Personas que tiran para adelante, aunque la vida no les haya tratado
con especial cariño. Curiosamente, no se sienten pequeños, aunque nosotros
tendemos a verlos chiquititos, distintos. Asumen su condición y salen a la
calle a superar obstáculos, a luchar en un mundo que no se ha transformado
pensando en ellos. Subir y bajar las escaleras del metro es todo un reto,
cruzar una calle rodeado de gente a la que no puedes ni quieres agarrarte, es
un drama.
No estamos acostumbrados a verlos, porque son pocos. No les
hablamos porque nos basta con mirarlos. Ellos tampoco nos miran a nosotros;
bastante tienen con mantener el equilibrio. Mantienen la mirada fija en el
objetivo, la próxima valla en la que se van a apoyar.
Los miramos rápido porque siempre vamos deprisa y ellos van
despacio. Ellos tienen otro concepto del tiempo, ¡qué remedio ¡. El tiempo se
les va porque necesitan mucho para desplazarse. Por eso, aprovechan cada
segundo para avanzar un poco más. Cada paso, es algo más que un simple
movimiento inconsciente, es un avance, es un paso adelante, un éxito, una
mejora, un logro.
Pero como esto le parece poco a Jony, él quiere más. Hace
unos años decidió hacer deporte, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Dieciocho años de vida sedentaria, le había llevado a pesar más noventa kilos.
Su enfermedad, su vida sedentaria, su peso y su dejadez, le invitaban a un
futuro en silla de ruedas, si no hacía nada por cambiar.
No sabemos que ocurre en nuestra cabeza en algunas
ocasiones, que alertas aparecen, que hacen que crucemos esa línea sutil que
separa ambas vidas. Ese borde que separa el acantilado de la planicie. Esa
línea que saltas para caer al vacío, o que cruzas para cambiar tu vida, para
intentar lo imposible. Un tic cerebral que te hace tomar la decisión más
difícil, la del esfuerzo, frente a la decisión más fácil, la de dejarte caer y
olvidarte de la lucha y por tanto de la vida.
Jony es un luchador y por eso, escogió la opción más
difícil, ¡faltaba más!
Con el deporte, conoció gente nueva, gente que le hablaba y
se decidían a ayudarle, a animarle y a empujarle a nuevas metas.
Con la pérdida progresiva de peso, con esfuerzo y muy
poquito a poco, fue ganando fuerza y movilidad. Pronto comenzó a moverse con
más agilidad y a correr y descubrió un mundo nuevo, el entorno del running.
Comenzó a entrenar, a conocer el entorno de las carreras populares y aunque
parezca mentira, llegó a participar en alguna carrera de cinco kilómetros. Pero
lo más importante, es que lo hizo rodeado de amigos, divirtiéndose y
disfrutando de todo lo que rodea esta actividad.
Cuando ves por primera vea a Jony, moviéndose hacia ti, con dificultad,
pero con determinación, intentando mantener el equilibrio y cuando se para ante
ti, te agarra y te sonríe con aire bonachón…, percibes que tiene fuerza, se te
encoge el cuerpo porque sabes que puede conseguir lo que se proponga.
Y ahora, lo que se ha propuesto es competir. Quiere
federarse y competir, nada menos. Y no puedes decirle que no, porque sabes que
lo va a hacer. Solo puedes decirle ¡Vale!, pero ahora vas a ir despacito y
hacer las cosas bien.
Roberto no te va a dejar correr sin que hayas mejorado otros
aspectos más básicos, pero claro que vas a competir. Porque eso, ya lo tienes
tallado en tu cabeza y no puede salir de ahí.
Buena suerte, Jony, ahora ya sólo podemos seguirte y
disfrutar de tus avances, que serán también nuestros éxitos.
miércoles, 11 de abril de 2018
CRÓNICA CAMPEONATO DE ESPAÑA ABSOLUTO POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS DE ATLETISMO ADAPTADO 2018
Andalucía se alzó con el título de
campeón de España, por Comunidades Autónomas, de atletismo adaptado. Gracias,
entre otros aspectos, al buen hacer de Joaquín Álvarez y José Manuel Quintero
que dominaron las carreras de sillas de ruedas. En segundo puesto terminó
Galicia, seguido de cerca por la Comunidad de Madrid, que notó sensiblemente la
baja de los atletas internacionales: Sara Andrés y Alberto Ávila.
Si tenemos que destacar a algún atleta en concreto, ese es el caso del atleta asturiano de Tineo: David Fernández, que batió el récord de España en lanzamiento de peso y logró la mínima para el campeonato de Europa de Berlín con un lanzamiento de 11’07 metros. Peor fortuna corrió el atleta mundialista Daniel Pérez, que las condiciones atmosféricas adversas y una pista blanda, no le permitieron rendir a su mejor nivel en el salto de altura.
Este ha sido el campeonato de los duelos. A
David Madroñero le salió un joven competidor en la categoría de amputados de
brazos: Álvaro Martín, que fue una de las sensaciones del fin de semana. Este
joven andaluz, menor de edad, demostró tener un futuro prometedor, ganando los 100
metros y quedando segundo en el 200 y el
400.
Otro
duelo fue el protagonizado por Jairo Salam y Alejandro Marín en la categoría de
amputados de piernas. La experiencia de Jairo fue determinante para imponerse
en los 100 y 200 metros.
También las atletas, amputadas de
piernas, Desiré Vila y Alejandra Blanquer realizaron un bonito duelo en su
primera participación oficial en una prueba de 100 metros.
El campeonato se cerró con un relevo
4 X 100 metros, dejando un buen sabor de boca entre los asistentes, y con ganas
de fomentar la composición de más equipos, tanto de chicas como de chicos, para
próximas competiciones.
En un campeonato donde no asistieron
algunas Comunidades Autónomas y en la que el volumen de atletas no fue el
deseado, se abre una luz de esperanza con la llegada de nuevos atletas, como el
caso de los amputados: Carlos Villasana, Alejandro Marín y Álvaro Martín; y
especialmente con las jóvenes atletas: Desiré Vila, Alejandra Blanquer y Marta
Casado, que auguran en el atletismo de discapacidad física, un presente y sobre
todo mucho futuro.
Resultados:
jueves, 15 de marzo de 2018
MI PRIMERA EXPERIENCIA
<<Manolo, este
es Roberto. Roberto, este es Manolo>>, así nos presentó Eleuterio Antón (responsable
técnico de la federación de ciegos en esas fechas), en el aeropuerto de
Barajas, minutos antes de tomar un vuelo destino a Tokio.
A Manuel Garnica,
atleta invidente, le había surgido un maratón internacional en Japón y su guía
habitual no podía realizar el viaje. Necesitaban un maratoniano que se moviera
en marcas entre 2h25’ y 2h30’, que fuera fiable y serio para comprometerse con
la responsabilidad de guiar a Manolo durante 42 km y pico.
Normalmente, para
este tipo de carreras, suelen ir dos guías. Así se reduce la posibilidad de que
un mal día de un guía estropee la carrera del atleta invidente. La propuesta
llegó a mi entrenador, Carlos Llanos, y accedimos a responsabilizarnos. Pedí
permiso en el trabajo, por aquella época trabajaba como iluminador en el canal
de noticias CNN+, y tras un mes de entrenamiento específico estaba en un avión
dirección a Japón.
Dos desconocidos, sentados uno al lado del otro, con diez
horas de viaje por delante, sin ninguna escapatoria tanto para él como para mí.
¿De qué hablar? Pues de que va a ser, de atletismo, entrenamientos, series… Si
ya de por sí la empresa a realizar me alteraba los nervios, la conversación con
Manolo me confirmó que la tarea no iba a resultar fácil. Manolo corría tanto
como yo, o más. Las dudas empezaron a florecer en mi cabeza: ¡Y si no soy capaz
de aguantar su ritmo! ¡Cómo explicar, a la gente que ha confiado en mí, que les
he fallado! ¡Cómo mirar a la cara a Manolo y pedirle disculpas por fastidiarle
el maratón!
<<Bienvenidos
a Japón, y rápido, venga rápido>>, más o menos es lo que pudimos
comprender a las dos chicas japonesas que nos estaban esperando en el
aeropuerto. Nos subieron, a toda velocidad, en un autobús de línea y nos dieron
unas instrucciones que no entendimos nada. Un viaje en autobús por la Japón
profunda y sin saber cuál era el destino. Tras una hora de viaje, de pasar por
diversos pueblos, de ver subir y bajar gente, llegamos a la última parada donde
un taxi nos estaba esperando para llevarnos al hotel. Habíamos salido el jueves
de España, el domingo era el maratón y el lunes nos volvíamos. ¡Un viaje
relámpago!
El maratón fue a las diez de la mañana de un día soleado del mes de abril. Para mí, la hora del inicio de maratón era un poco tarde. En Japón, amanece muy pronto, a las diez de la mañana, el sol lleva despierto unas cuantas horas. Aunque hacía un tiempo primaveral, yo tenía la sensación de calor, y eso aumentaba, todavía más mis dudas. ¡PUM! Disparo y a correr. S los japoneses eran unos kamikazes, nosotros más..., el primer kilómetro a 3'20''. ¡ A ese ritmo no aguanto el maratón!. Afortunadamente, solo fue el primer kilómetro. Cogimos velocidad de crucero maratonitana, y zancada a zancada, confianza a confianza, disfruté muchísimo del maratón, que en su mayor parte transcurría entre campos de arroz.
Hicimos podium en el campeonato internacional y si no llega a ser porque a Manolo le salió una ampolla en un pie que nos hizo aminorar el ritmo, hubiera hecho marca personal.
Esta fue mi primera experiencia como guía de un atleta invidente. Han pasado unos cuantos años y mi visión del atletismo adaptado ha cambiado. Donde otros ven atletas con una discapacidad, ya puede ser: visual, física, intelectual, ..., yo simplemente veo ATLETAS
El maratón fue a las diez de la mañana de un día soleado del mes de abril. Para mí, la hora del inicio de maratón era un poco tarde. En Japón, amanece muy pronto, a las diez de la mañana, el sol lleva despierto unas cuantas horas. Aunque hacía un tiempo primaveral, yo tenía la sensación de calor, y eso aumentaba, todavía más mis dudas. ¡PUM! Disparo y a correr. S los japoneses eran unos kamikazes, nosotros más..., el primer kilómetro a 3'20''. ¡ A ese ritmo no aguanto el maratón!. Afortunadamente, solo fue el primer kilómetro. Cogimos velocidad de crucero maratonitana, y zancada a zancada, confianza a confianza, disfruté muchísimo del maratón, que en su mayor parte transcurría entre campos de arroz.
Hicimos podium en el campeonato internacional y si no llega a ser porque a Manolo le salió una ampolla en un pie que nos hizo aminorar el ritmo, hubiera hecho marca personal.
Esta fue mi primera experiencia como guía de un atleta invidente. Han pasado unos cuantos años y mi visión del atletismo adaptado ha cambiado. Donde otros ven atletas con una discapacidad, ya puede ser: visual, física, intelectual, ..., yo simplemente veo ATLETAS
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