DE
AGRICULTOR A ATLETA DE ELITE
Fernando
no podía imaginar que iba a cambiar los campos de su querida Extremadura por
las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Nacido y criado en
Villanueva de la Serena, su vida transcurría entre los aperos de labranza. Un
día, como otro cualquiera en el campo, el infortunio le golpeó bruscamente. Un
accidente laboral sesgó su pierna derecha. Meses de operaciones, meses de
luchar por su vida fueron superándose con esfuerzo. La pérdida de la pierna
acababa con el presente y su futuro planeado. No podía volver a trabajar en el
campo y no era apto para presentarse a las pruebas de ingreso en el ejército.
La vida había sido cruel con Fernando.
Las
temporadas en silla de ruedas y muletas dieron paso a su primera pierna
protésica que le concedía la autonomía de caminar. Fernando no se conformó con
caminar, quería correr, quería vivir. Una de las diferencias entre caminar y
correr consiste en que en la carrera hay una fase donde las dos piernas no
están en contacto con el suelo, están volando. Y Fernando voló… Voló a Madrid
para cumplir un nuevo sueño: ser un atleta paralímpico.
Un atleta
con una amputación por encima de la rodilla tiene unas peculiaridades que le
hacen llevar una preparación diferente a la de un atleta convencional. Necesita
de profesionales especializados en atletas con miembros amputados: protésico,
entrenador, fisioterapeuta, psicólogo, nutricionista, etc. Fernando no entiende
de macroeconomía, pero sí de economía doméstica. Su pensión no alcanza para
hacer frente a los gastos que conlleva. Fernando lo ha apostado todo por
cumplir su objetivo. Cada semana hace maniobras económicas para desplazarse a
Madrid a entrenar. Esta falta de ingresos condiciona su estancia en la capital,
y con ello, su posibilidad de entrenar, siendo un perjuicio en su desarrollo
atlético.
Su
rendimiento deportivo ha aumentado exponencialmente. En poco tiempo ha
conseguido varios récords de España en 100 y 200 metros y en salto de longitud.
En esta última disciplina es donde Fernando, potencialmente, tiene más
recorrido. A falta de la marca mínima que exige la federación española de
discapacidad física, ya posee en el salto de longitud la marca mínima de IPC
(Comité Paralímpico Internacional) para poder presentarse en el próximo
campeonato del mundo. Por eso, cada entrenamiento es crucial en su evolución,
en la búsqueda del salto que le catapulte al éxito deportivo. Ahora, en estos momentos, es cuando necesita
la ayuda económica para continuar en su lucha y obtener la estabilidad y
tranquilidad que un atleta requiere. Fernando es el único atleta masculino con
una amputación transfemoral en España y es extremeño.
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