martes, 21 de mayo de 2019



DE AGRICULTOR A ATLETA DE ELITE

  Fernando no podía imaginar que iba a cambiar los campos de su querida Extremadura por las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Nacido y criado en Villanueva de la Serena, su vida transcurría entre los aperos de labranza. Un día, como otro cualquiera en el campo, el infortunio le golpeó bruscamente. Un accidente laboral sesgó su pierna derecha. Meses de operaciones, meses de luchar por su vida fueron superándose con esfuerzo. La pérdida de la pierna acababa con el presente y su futuro planeado. No podía volver a trabajar en el campo y no era apto para presentarse a las pruebas de ingreso en el ejército. La vida había sido cruel con Fernando.
 Las temporadas en silla de ruedas y muletas dieron paso a su primera pierna protésica que le concedía la autonomía de caminar. Fernando no se conformó con caminar, quería correr, quería vivir. Una de las diferencias entre caminar y correr consiste en que en la carrera hay una fase donde las dos piernas no están en contacto con el suelo, están volando. Y Fernando voló… Voló a Madrid para cumplir un nuevo sueño: ser un atleta paralímpico.
 Un atleta con una amputación por encima de la rodilla tiene unas peculiaridades que le hacen llevar una preparación diferente a la de un atleta convencional. Necesita de profesionales especializados en atletas con miembros amputados: protésico, entrenador, fisioterapeuta, psicólogo, nutricionista, etc. Fernando no entiende de macroeconomía, pero sí de economía doméstica. Su pensión no alcanza para hacer frente a los gastos que conlleva. Fernando lo ha apostado todo por cumplir su objetivo. Cada semana hace maniobras económicas para desplazarse a Madrid a entrenar. Esta falta de ingresos condiciona su estancia en la capital, y con ello, su posibilidad de entrenar, siendo un perjuicio en su desarrollo atlético.




   Su rendimiento deportivo ha aumentado exponencialmente. En poco tiempo ha conseguido varios récords de España en 100 y 200 metros y en salto de longitud. En esta última disciplina es donde Fernando, potencialmente, tiene más recorrido. A falta de la marca mínima que exige la federación española de discapacidad física, ya posee en el salto de longitud la marca mínima de IPC (Comité Paralímpico Internacional) para poder presentarse en el próximo campeonato del mundo. Por eso, cada entrenamiento es crucial en su evolución, en la búsqueda del salto que le catapulte al éxito deportivo.  Ahora, en estos momentos, es cuando necesita la ayuda económica para continuar en su lucha y obtener la estabilidad y tranquilidad que un atleta requiere. Fernando es el único atleta masculino con una amputación transfemoral en España y es extremeño.

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